Esta preciosa atigrada apareció un día tan pizpireta rondando por el techo del refugio y con la marca CER, así que debió de pertenecer a alguna colonia.
Es una gatita muy nerviosa que no sabe gestionar bien del todo su miedo y parece que ataque, pero no. Simplemente se asusta ante las novedades y reacciona como ha aprendido en la calle, donde tuvo que buscarse la vida sola. Sin embargo, gracias a la labor de socialización de nuestros voluntarios, cada vez está más relajada y convive mejor con gatos y humanos.
Con las personas, es muy cariñosa y zalamera, le encanta rondarte por las piernas buscando caricias y siempre te llama la atención para que le des mimos.
Recuerda que una adopción es para toda la vida del animal. Rellena este formulario y nos pondremos en contacto contigo para asegurarnos de que tu elección es compatible con las necesidades del animal y tus circunstancias.
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